Valeska Ananías, directora clínica Centro Neurocognitivo Infanto Juvenil Psicoeduka.

Las agresiones verbales y físicas de alumnos a profesores son hechos lamentables que cada vez son más común en nuestro país. Atrás quedaron esos años donde a los docentes se les guardaba respeto, tanto por parte de los estudiantes como de los apoderados, que los miraban como una autoridad. En la actualidad la realidad en sideralmente opuesta, esto porque según cifras de la Superintendencia de Educación, en 2024 hubo 91 denuncias de agresiones de escolares a personal educativo a nivel nacional, consagrando el registro más elevado desde 2018.

Según la psicóloga y Directora Clínica del Centro Neurocognitivo Infanto Juvenil Psicoeduka, Valeska Ananías, “todos los colegios por ley deben tener un manual de convivencia actualizado que rige las normas de la institución y también se hace cargo de la prevención y de los agentes mediadores de la resolución del conflicto. Entonces, cuando existen episodios de violencia dentro de las instituciones educativas, es porque algo está fallando o no se está actuando de la manera correcta al interior del establecimiento”.

En ese sentido, la también Magister en Desarrollo Cognitivo de la U. Diego Portales, agrega que “puede que estén fallando los protocolos o los equipos que no están actuando a tiempo, que en el fondo solamente es gestión educativa interna deficiente, y para eso el Estado provee de recursos a las instituciones educativas para que ésta se pueda desarrollar de manera óptima”.

Entonces, como explica la experta, “hoy estamos enfrentando una educación donde hay una neuro divergencia educativa importante, lo que supone un gran desafío para las instituciones, por lo tanto, el llamado a los colegios es que deben comprender que en las aulas existe este nuevo escenario que es relevante, lo que supone hacer acciones concretas en términos transversales en toda la organización. Por ejemplo, cuando se habla de protocolos de acción, si queremos introducir lineamientos de la educación emocional, éstos deben estar reflejados en todas las acciones, desde que uno entra al colegio hasta que uno sale, y eso es en las salas de clases, en los recreos , patios, comedor, en las reuniones de apoderados, etc., y capacitar al personal para mejorar en todos los aspectos”.

“Se debe tener una visión mucho más amplia de la educación, a diversificar no solo desde el aprendizaje, sino que también desde las particularidades de cada estudiante y entender que hoy la educación emocional es tanto o más importante que la académica. Y en eso debemos estar centrados todos los actores que hoy trabajamos con niños y adolescentes porque las situaciones de riesgo y violencia que estamos viviendo es brutal. Es un desafío gigante ante el cual debemos ponernos a trabajar ya”, finaliza la Directora Clínica del Centro Neurocognitivo Infanto Juvenil Psicoeduka.