Este 11 de julio, celebramos el Día Nacional del Periodista. Una fecha en la que reconocemos el relevante y noble trabajo que realizan, el cual ha permitido construir la historia y fortalecer las democracias en todo el mundo.

Las y los periodistas son y han sido los ojos y oídos de una sociedad, responsables de plasmar la fotografía de los distintos momentos del país. Y pese a los diversos espacios “informativos” que hoy existen -que no siempre están bajo la mirada periodística-, aún mantienen “el poder” de construir (o deconstruir) realidades. En ese contexto, ¿cuál será la historia que leerán nuestros descendientes en 20, 30 o 50 años más? Esperamos que, para entonces, sean las y los comunicadores quienes den cuenta de un trabajo que permitió un Chile más equitativo entre hombres y mujeres; en el que se cumplió el objetivo de una vida libre de violencia para mujeres, niñas y adolescentes.

Quizás, en el futuro, leeremos titulares que visibilicen el rol de cada persona, por sus acciones, por sus logros y éxitos, en igualdad de condiciones y sin discriminación. Tal vez, en las décadas siguientes, las personas encuentren textos que informen del desarrollo y crecimiento económico del país, gracias a la incorporación equitativa de hombres y mujeres en el mercado laboral remunerado, sin brechas salariales y con igualdad de oportunidades para acceder a puestos de responsabilidad, dejando atrás los tiempos donde las mujeres estuvieron invisibilizadas o sumidas en roles de cuidados, porque era parte de nuestra cultura.

Probablemente, en un tiempo más, nuestras hijas e hijos miren con incredulidad titulares de noticias que justificaban los femicidios, “por ataques de celos” o por “motivos pasionales”; porque, claramente nada los justifica. Ojalá que mañana, quienes habiten este territorio sepan, a través del periodismo, que hubo un compromiso colectivo, para impulsar una historia igualitaria para todas y todos.

Como servicio creemos en el rol protagónico del periodismo. Por esto, en este día, invitamos a las y los periodistas a escribir, en conjunto, la historia que queremos para las generaciones venideras, tal como lo hizo Eulogia Aravena, la primera editora de la Región de O’Higgins quien, a finales del 1800, rompió paradigmas sociales y ocupó espacios en un área vetada para las mujeres, desde donde nos contó el Chile que vivió y que quería.

MARÍA JESÚS AVELLO RIFO

Directora Regional

Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género

Región de O’Higgins